Temporada 2015. C’est fini. Tres half y un olímpico. No está nada mal para un aittite como yo. Acabo de terminar el half de Gasteiz, descansaremos un poco y vuelta al tajo con nuevos objetivos para el año 2016.
El menda se está pasando a la larga distancia. Si soy sincero, los triatlones sprint ya no me llaman. Los olímpicos, así así. A mí, la larga distancia (y para mí un half es larga, pero que muy larga distancia) me gusta mucho más.
Hace años comencé en esto del triatlón en el sprint de Lekeitio, junto con mi querido amigo Edu (que en paz descanse). Por aquel entonces un triatlón sprint era mucho tomate (sobre todo teniendo en cuenta que lo hacíamos sin entrenar, sin neopreno y con los cambios en el cuadro…). Pero te pones en la salida y te dedicas a competir a tope. Pero realmente en los triatlones cortos yo competía “contra” el resto. En el pelotón, que no tiro, que tira tú, que chupo yo. Joder que morro tiene este que no tira….
Después de probar el año pasado en el half de Vitoria y de haber hecho este año Pamplona, Bilbao y Gasteiz, aquí es diferente. Aquí no me dedico a correr contra el resto. Ni contra el tiempo (por supuesto que quiero hacer lo menos posible, pero no me tiene preocupado). Ni tan siquiera contra mí mismo. Realmente corro conmigo. Voy, doy todo lo que tengo, el 100%, lo hago lo mejor que he podido y tan contento al terminar.
Y es una sensación muy buena. Uno es deportista por sentirse bien, sano, fuerte, VIVO. Así que vas a las carreras y lo das todo. Y unos días te sale peor (te cagas), otros mejor (solo te rilas) y en otro sufres como una perra. Pero al final, estás satisfecho porque no te has dejado nada. ¿Qué el torete me ha vuelto a ganar? Olé por él. ¿Qué le paso a alguien? Anímale fuerte a ver si te pilla. ¿Qué más te puedes pedir si lo has hecho lo mejor que puedes?. NADA.
Y en esto que pienso, ¿Por qué no aplicamos la teoría de la larga distancia al resto de facetas de la vida? ¿Qué ocurriría si hacemos lo mismo a nivel profesional, como padre, amigo,..etc? ¿Qué nos tenemos que exigir si lo damos todo?
Empiezo a reflexionar sobre este tema y me pregunto qué harán los grandes especialistas. Afortunadamente tenemos el honor de tener cerca a la mejor familia del mundo en triatlón de larga distancia (en corta distancia los Brownlee también existen), los Llanos. ¿Estos aplicarán esta teoría?
Hugo ya sé que no. Siempre de prisa, que no llego aquí, de mala leche si no ha podido hacer un entreno y con sensación de que si aprieta falla en casa y si está en casa falla al entreno. Pero, ¿el resto?. Con el que más trato es con Hektor. Le miras a Hektor y da la sensación de que la vida “fluye” a su alrededor. Que los de la calle 3 revientan el entreno, aguanta. Que se tiene que retirar del half de Bilbao, pues no pasa nada. Que es el puto amo y queda primero en Gasteiz en su grupo de edad, tranquilo, tranquilo.
¿A ver si va a ser cierto que la teoría se puede aplicar?
Berriro ere mila esker Hugo eta Hektor. Hugo saltza honetan gu sartzeagaitik eta Hektor gurekin daukazun pazientziagatik.
El año que viene, nos vemos otra vez. Torete, date por jodido!!!


Impresionado con tu entrada Iñigo. No puedo estar más de acuerdo. Qué pasaría si aplicásemos dicha teoría al resto?? Es mejor no pensarlo pero, evidentemente, estaríamos en otro mundo.